Fuimos, mi esposo y yo al Hospital, sacamos cita temprano , éramos el númro uno pero resulta que el Dr. llamó avisando que no iría el sábado, ?¿se dan cuenta la angustia y desesperación de nosotros, haciendo tanto esfuerzo para nada?
Claro que nos atendió otra neuróloga, muy amable ella pero yo quiero a ni mismo Dr.porque fue él que ordenó los exámenes, nos explicó ligeramente pero no me convenció; luego mi hija sacó cita en una clínica cercana para poder tener otra opinión y casi igual nos dijo, pero no estoy conforme porque con pastillas para dolor y para mareos no se va a mejorar este tipo de enfermedad.
De nuevo el martes lo llevaré a nuestro Dr. , con ese diagnóstico me quedo y seguirá su tratamiento,eso espero.Que angustia se tiene cuando uno tiene un problema grande y en cuestión de salud es problemático, porque uno se siente impotente y no se sabe que hacer en esos instantes.
Al salir de la clínica pensaba y pensaba sobre tal asunto muy álgico por cierto.Resgresamos a casa ya con algo que uno sabía pero someramente, aún faltaba el diagnóstico de nuestro médico.Con esa angustia tuvimos que pasar toda la familia el domingo, lunes y el martes ya volvimos a madrugar para saber a qué atenernos en forma más completa y clara.
De verdad les cuento que es una situación compleja vivir ese cuadro sin poder hacer nada, hasta llegar al marte, día en que el Dr. iba ir al hospital ,nuestra esperanza era gigante para ver al Dr. que ya conocemos. Él sí debía darnos las explicaciones del caso y luego empezar el tratamiento de nuestro paciente que estaba en espera de recibir sus medicinas para poder verlo algo recuperaito.
El marte madrugaremos y nos iremos como de costumbre bien temprano con nuestras energías
positivas,porque nos urge verlo mejor a nuestro enfermito..
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